Guillermo Calvo: "Esta crisis del coronavirus es un shock en la distribución del ingreso"

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El profesor Guillermo Calvo fue entrevistado por El Perfil sobre las consecuencias económicas del COVID-19. Analiza cómo el coronavirus impacta la distribución del ingreso, el gasto público como solución a la crisis y la inflación en Argentina.

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Jorge Fontevecchia
November 23, 2020

—Me gustaría partir de un artículo del “Financial Times” que generó controversias. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial instan a los países ricos a gastar sin límite para salir de la pandemia. ¿Estamos siendo testigos de un “funeral de la austeridad”?

—Seguramente pusieron ese título para hacerlo más interesante y que la gente lo leyera. Lo que dicen es que estamos pasando por un período muy especial. Es una situación similar a una guerra. Es el momento en que el país, su fisco, puede coordinar una serie de gastos que exceden lo que recaudan normalmente. Eso significa mayor déficit y es perfectamente normal. Algo normal dada la magnitud de esto. El Financial Times lo exageró un poco, diciendo que esto acaba con el concepto de que no hay que gastar fiscalmente. Pero son cosas diferentes. Cuando viene el Fondo a un país como Argentina, que tuvo el vicio de gastar demasiado por parte del Gobierno, a tal punto que tiene una deuda que recién ahora tuvo que reformular, es una situación diferente. Lo que hablamos acá alude a este contexto tan particular. Es importante que se salga en la dirección correcta. Me preocupa cuando un instituto tan importante como el Fondo, con una tradición de no gustarle los déficits, salga tan positivamente, porque del otro lado están escuchando también los políticos. Los políticos tienen siempre una tendencia a gastar más, porque quieren tener éxito en su administración. Esa es la preocupación.

—Más allá de la pandemia, ¿la ortodoxia fiscal practicada durante las décadas de crisis y de inflación de los años 70 y 80 será reemplazada por una nueva ola de activismo fiscal que perdure?

—Hay algo pero no por una cuestión principista. Hay algo que sale de algunos economistas, por ejemplo de Olivier Blanchard, que es un economista que ha estado enseñando en el MIT hasta que luego se transformó en un Jefe de economistas en el Fondo Monetario. Ahora está en el Peterson Institute for International Economics. Hace un cálculo perfectamente convencional. Afirma que si Estados Unidos, por ejemplo, se endeuda, ¿qué pasa con el stock de deuda a través del tiempo? Si uno mira esos números, ve que hoy el Tesoro de Estados Unidos está pagando menos del 1,5% de tasa de interés. Prácticamente nada. Crece un poco, ha venido creciendo desde 2008, tiene un poquito de inflación. A pesar de que Estados Unidos tiene déficit fiscal, la deuda no aumenta, más bien cae. Su punto, entonces, es: vean la economía americana. Él piensa de esa manera, y hay otros economistas muy serios que también piensan así. Se necesitaría un poquito más de apoyo fiscal. Y lo podemos dar porque no es como en el caso argentino, que enseguida tenemos sobreendeudamiento. Aquí más bien lo que está pasando es que la deuda va cayendo. El planteo es que no seamos principistas y hagamos eso. Es algo que cualquier economista ortodoxo entiende, aunque no necesariamente esté de acuerdo. De todos modos, hay que tener cuidado con lo que sucede ahora. ¿Quién garantiza que las tasas de interés van a ser tan bajas? En el siglo XX no es algo que pasó durante muchos años. Empezaron a serlo realmente desde 2008 con la crisis global; incluso, con la crisis de Lehman. Y eso siguió. Pero perfectamente podría ser, aunque no lo veo muy probable, que los chinos decidan vender deuda americana. Son los campeones, son los que tienen más, y eso haga que caiga el precio de la deuda y suban las tasas de interés para Estados Unidos. Si es así, ese juego del que habla Blanchard no se puede jugar. Si eso pasa, nos encontraríamos con un problema difícil, que lamentablemente conocemos muy bien en Argentina: el momento de hacer un ajuste. Es lo que le preocupa a alguna gente, seguramente más conservadora.

—La economista jefa del Banco Mundial, Carmen Reinhart, destacada defensora de la austeridad hace una década, hoy le propone no solo a Estados Unidos sino a la mayoría de los países que se endeuden mucho durante la pandemia.

—Me sorprendió escucharla. Carmen es como una hija para mí. Fue estudiante mía en Columbia en los 80, fuimos colegas en el Fondo más tarde y luego en la Universidad de Maryland. Escribimos varios papers juntos. Cuando leí eso, la llamé. Lo que dice es algo diferente, y tomaron solo parte. La idea de ella es que hay una emergencia, como si alguien tuviera un ataque al corazón en la mitad del Central Park, que lo tengo en frente de mi casa. A esa persona no le preguntaría si se cuidaba previamente, para ver si lo mandamos al hospital o no. Ella piensa la situación de esa manera. No es que cambie la posición al punto tal de decir que la deuda no importa. No importa en este momento tan especial. Pero si uno lo deja así, en “la deuda no importa”, suena medio raro, porque ella estaba en el Banco Mundial. El Banco Mundial se encarga, entre otras cosas, de inventar productos que le faciliten a la gente pagar la deuda o que le cueste menos. A la frase de Carmen, le falta otra, y es: “Y nosotros en el Banco Mundial vamos a estar buscando nuevas maneras”, cosa que están haciendo, por lo que ella me cuenta. No es que se pasó de bando. 

Para leer el resto de esta entrevista, hazle click acá. Este articulo fue escrito por El Perfil. 

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